19 de abril, Día Mundial de Los Simpsons; una serie animada que se ha posicionado como parte de la infancia o adolescencia de muchos y se ha convertido en más que un simple programa de televisión; es una institución cultural y un fenómeno global, porque ¿quién no ha escuchado sobre sus míticas predicciones? Con más de tres décadas y un impacto que trasciende generaciones, la familia amarilla de Springfield ha dejado una huella en la cultura popular y sorprendentemente, en el mundo del marketing.

En este blog, exploraremos el legado duradero de Los Simpsons de la mano del marketing a lo largo de los años, en la forma en que las grandes marcas comercializan sus productos y se conectan con su audiencia. Desde la integración de productos en la serie hasta la creación de contenido promocional específico, la familia de Springfield, ha demostrado ser una herramienta poderosa para las marcas que buscan llegar a una audiencia diversa, nostálgica y amante del humor amarillo.

1. Mmmm ‘rosquilla’ y el poder de la iconografía: una de las principales contribuciones de Los Simpsons al mundo del marketing es su iconografía reconocible al instante. Desde la silueta distintiva de Homero hasta los colores brillantes y llamativos de la marca; han creado una estética única que ha sido aprovechada por innumerables empresas en sus campañas de marketing. La familia amarilla se ha convertido en un símbolo de la cultura pop, y su imagen se ha utilizado en una amplia gama de productos, desde ropa y juguetes hasta alimentos y bebidas.

1. Si estás en el cielo, sálvame por favor, marketing: Los Simpsons han sido pioneros en la integración de productos en la televisión, presentando franquicias y productos de una manera orgánica y entretenida. Desde Duff Beer hasta Krusty Burger, la serie ha creado un universo con empresas ficticias, pero también, marcas como Coca-Cola, Burger King, Butterfinger y muchas otras han aprovechado la popularidad de la serie para promocionar sus productos. Por ejemplo, Butterfinger lanzó una campaña publicitaria en la década de 1990 que incluía comerciales de televisión protagonizados por los personajes de Los Simpsons, lo que ayudó a aumentar las ventas del producto.

1. ¿Aló? hable más fuerte que traigo marketing viral : antes de que el término “viral” se convirtiera en la moneda más codiciada del marketing, Los Simpsons ya estaban creando contenido que se volvía viral sin ningún esfuerzo adicional. Desde los memes hasta los gifs, las citas icónicas y los clips de video, han generado una cantidad infinita de contenido que ha sido ampliamente difundido en las redes sociales y más allá; por ejemplo, el meme de Homero arbusto, se ha utilizado en numerosas ocasiones para representar el rechazo o la evasión de responsabilidades, convirtiéndose en un fenómeno viral en línea. Esta capacidad para crear contenido ha convertido a Los Simpsons en una herramienta poderosa para el marketing de guerrilla y la promoción en línea.

1. Astronauta, Poochie, Guardaespaldas, y el don de reinventarse todo el tiempo: en el mundo del marketing, captar la atención de nuevas audiencias puede ser todo un desafío y lo hemos dicho antes. Por eso, los creadores de la serie se han hecho de acciones como invitar artistas, moverse al ritmo de las tendencias y hacer colaboraciones poderosas para sobresalir, y aunque pueden ser tácticas de amores y odios, siguen estando en boca del mundo. Por ejemplo, en 2007, la cadena de comida rápida KFC lanzó un “Día de Los Simpsons” en el que ofrecían productos inspirados en la serie, como el “Krusty Burger” y el “Lard Lad Donut”, en sus restaurantes. Este evento especial atrajo a muchos fanáticos y generó una gran atención mediática.

En resumen, Los Simpsons han dejado una marca en la cultura y en el marketing. Desde su iconografía reconocible hasta su capacidad para generar contenido viral, la familia amarilla ha influido en la forma en que las empresas comercializan sus productos y se conectan con su audiencia. A medida que Los Simpsons continúan su legado en la televisión y más allá, su impacto seguirá siendo relevante y duradero. ¡D’oh!’